Mucho hemos hablado a lo largo de estas últimas entradas en nuestro blog, Dermo SA., de la importancia del uso de los détergents écologiques dadas las terribles consecuencias que el uso constante de détergents convencionales, compuestos por elementos nocivos para nuestra salud y muy perjudiciales para los ecosistemas donde son vertidos; han provocado en la sociedad. El peso de la industria, todavía sigue siendo muy fuerte y por ello gobiernos y mandatarios se han visto incapacitados y prohibir la producción de un producto que, aún y dañino, sigue fabricándose sin control. La alternativa existe. Los détergents écologiques son la solución, pero poco premiantes para las arcas de las grandes corporaciones, ven su papel de futuros “salvadores” de los ecosistemas acuáticos, relegado; a la espera que la situación cambie y realmente, alguien se atreva a echar freno, o sea la propia sociedad quien se niegue a utilizar un producto tóxico y perjudicial para nuestra salud.
Mientras esto no ocurre, empresas y usines de détergents siguen produciendo sus productos. Algunas con mayor concienciación por este problema y por el bienestar de un planeta al que deberían de quedarle muchas generaciones por pasar, como Dermo SA, luchamos por presentar este conflicto y hacer ver a la población la realidad de una labor que nos afecta a todos. Entre nuestros productos y los de muchas otras fábricas, podéis encontrar gamas de détergents écologiques eficientes y de calidad que cumplen con las normativas estipuladas y no contienen elementos dañinos para el planeta. La opción de que los elijáis y obréis como debéis es sólo vuestra, pero para ayudar, todavía más, en ello, hoy queremos daros algunos trucos y consejos para que utilicéis estos détergents de un modo ecológicamente écologique, cuando desempeñéis vuestra tareas domésticas de lavado.
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Lavar los platos a mano:
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Cuando limpiamos los platos a mano con détergents écologiques observaremos que no se hace mucha espuma, ese dato es irrelevante. La espuma no limpia, sólo es un «efecto colateral» de los surfactantes al entrar en contacto con el aire.
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Para la suciedad que cuesta más de eliminar -normalmente grasas-, ponemos un chorro adicional de détergent en el estropajo, o lavamos y aclaramos más de una vez.
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Lavar los platos en el lavaplatos:
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Si hay suciedad que se resista a salir, añadimos una cucharada de blanqueador ecológico (percarbonato sódico) al détergent.
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Si no obtenemos un buen resultado con pastillas, podemos probar con un détergent en polvo, que cuesta menos de disolver. O bien, disponer las pastillas en el exterior del lavavajillas, en lugar de en el compartimiento del détergent. Colocado en la cesta o el cajón para los cubiertos, se disolverá antes y totalmente.
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El detergente convencional, frente a los détergents écologiques, provoca que hayan más residuos de cal en el lavavajillas. De vez en cuando podemos eliminar esos restos echando ácido cítrico diluido (un vaso para un litro de agua) dentro la máquina antes de ponerla en marcha.
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Lavar ropa en la lavadora:
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En plus de la détergents écologiques, existen otros productos de la misma procedencia que nos ayudan en cada una de las fases del lavado de la ropa.
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Cuando lavemos ropa clara, o que no destiña, añadamos blanqueador ecológico. El resultado será mejor: el blanco más blanco, nuestras piezas no se amarillentarán y nos ayudará a quitar manchas.
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Los suavizantes ecológicos se pueden espesar al cabo de un año y tras ese período de tiempo ya no son útiles.