Una pregunta bastante común desde que ha sido conocido el alcance de los detergentes comunes y su afectación a la naturaleza, especialmente, en los sistemas de vida acuáticos. A lo largo del siglo XX hemos sido los causantes principales de daños irreversibles en ríos, lagos y mares; ecosistemas vitales a preservar para lograr que, no sólo quienes los habitan, sino nosotros mismos como consumidores de sus aguas, para poder tener qué beber o regar los cultivos que después nos vamos a comer; podamos disfrutar de productos libres de la toxicidad que les hemos transmitido.
Los ecosistemas acuáticos asimilan mejor la alteración que reciben de los detergentes ecológicos, que la que reciben de los convencionales. Hablamos de una palabra clave: la biodegradabilidad. Que una sustancia sea biodegradable quiere decir que sus moléculas se descomponen en los elementos químicos que la forman, de modo que se minimiza totalmente el efecto sobre los seres vivos que viven en las aguas. Por increíble que parezca, y tras más de un siglo de producción de detergentes con todas las consecuencias que de ello se han desprendido, no fue hasta bien entrado el año 2000 que la Unión Europea legisló el abuso de sustancias nocivas y prohibió el uso de algunas de éstas que no cumplían con esa biodegradabilidad. Destacamos ese “algunas”, porque todavía hoy existen ingredientes que no tienen exigencia de biodegradación, y pese a ser verdaderamente tóxicos, siguen abocándose y permaneciendo en las aguas, sin biodegradarse.
¿Existe una manera de evitar que los detergentes no se biodegraden y dejemos de causar estragos en un planeta al que debemos velar muchos millones de años de vida?
Efectivamente, existen alternativas a los detergentes convencionales, que son los principales causantes de estos males, que nos ayudarán a potenciar la biodegradabilidad de sus “químicos” y, por lo tanto, a potenciar su autodestrucción sin repercutir, letalmente, en los ecosistemas acuáticos. Desde hace un tiempo prudencial, encontramos en el mercado marcas de detergentes ecológicos, como los que desarrollamos en Dermo S.A., que evitan el uso de esos ingredientes nocivos y perjudiciales que presentan indicios peligrosos de toxicidad. Productos confeccionados con el fin de limitar esa afectación que estamos causando al medioambiente, con la composición de ingredientes de origen vegetal que no provengan de derivados del petróleo y sí de un cultivo ecológico.
En Dermo S.A., empresa y fábrica de detergentes de referencia, con dilatada trayectoria en el sector de la limpieza y la higiene, tras más de 25 años velando por ofrecer a nuestros clientes los mejores detergentes, y complementos y accesorios indispensables para garantizar el apropiado cubrimiento de estas dos necesidades; somos conscientes de esto y nos preocupamos por el futuro de nuestro mundo. Por ello, hemos desarrollado nuestra propia gama de productos y detergentes ecológicos, tolerantes con el medioambiente, que nos permitan seguir disfrutando de él, sin provocar los estragos que durante más de cien años hemos causado.
En nuestra lucha constante por garantizar este hecho, pero, siempre aparece la pregunta obvia: si es posible producir detergentes ecológicos que no perjudiquen al medioambiente, ¿por qué se siguen fabricando productos y detergentes que sí lo hacen? ¿Por qué no se prohíben definitivamente? Los altos cargos han reconocido que una de las razones principales para retrasar este hecho es el daño económico que padecería la industria. Sin embargo, mientras tanto, el coste lo paga nuestro mundo y la contaminación que recae sobre nuestros ríos y tierras que, después, repercuten en nuestra salud.
Los detergentes ecológicos son importantes y contra mayor concienciación haya de su uso, mayor bien estaremos causando a nuestro planeta y a todos los seres que habitamos en él. Desde Dermo S.A. os animamos a tener en cuenta esta premisa de la usanza de detergentes ecológicos si queremos seguir haciendo un uso ilimitado de los recursos de nuestro mundo.