La limpieza industrial requiere de un protocolo de actuación previo, que cambia según el espacio a tratar. Sin embargo, proporciona a las empresas un valor añadido muy importante, ya que los clientes tienen muy en cuenta el aspecto de los lugares que visitan y también ponen nota del lugar, no sólo de los servicios que presta la empresa.
Además la limpieza industrial puede hacer ganar muchos puntos, pudiendo generar sensaciones muy positivas de bienestar, de espacio, de comodidad, de higiene…. Toda una serie de sensaciones que se transforman en nuevos valores para la imagen de marca de la empresa.
Los productos de limpieza deben tener 3 elementos básicos:
- Ser desinfectantes; Deben limpiar bien la superficie, eliminando manchas, olores, incrustaciones, hongos…
- Ser seguros; Que cumpla las normas vigentes
- Adaptarse a la superficie; Que no dañe la superficie. Debe ser específico para aquella zona que vayamos a limpiar, para que no cause ningún desperfecto, si no que mejore el aspecto de la misma.
Además, el proceso industrial de limpieza debe contar con un equipo de profesionales cualificados, con experiencia de limpieza en grandes superficies, saber qué productos utilizar en cada una de ellas, todo ello respetando las normas de seguridad tanto de la empresa como las de vestimenta homologada.
La limpieza industrial cuenta con elementos que la hacen compleja, debido a la gran variedad de maquinaria utilizada, dependiendo del tipo de industria que deba limpiarse.
Para la limpieza industrial se usan distintas técnicas de limpieza:
- Limpieza con vapor; válida para cualquier superficie que presente manchas incrustadas, excepto las que son sensibles al calor. El uso del agua la hace una técnica limpia, ecológica y eficiente.
- Limpieza con agua a presión; Ayuda a eliminar el aceite, grasa fundida o resina y permite reducir la cantidad de detergente , además de ahorrar tiempo